martes, 12 de enero de 2010


¿Y si la red se cae en una crisis?

INTERNET Y CONECTIVIDAD

El Comercio
15 de agosto de 2009

En muy poco tiempo se ha confiado innumerables gestiones claves a la eficacia de la web; sin embargo, ¿qué será de nosotros si esta explota cuando más la necesitemos?

Por: Joe Sharkey

Lo primero que hago cuando entro a la habitación de un hotel en un viaje de negocios es dirigirme directamente al escritorio y asegurarme de que funciona la conexión a Internet. Si la conexión Ethernet o Wi-Fi no salta a la vida, estoy listo para bajar al vestíbulo y amenazar con abandonar el hotel si no la pueden arreglar.

La demanda de conectividad, no negociable, dice menos de nuestra impaciencia y sentido de tener derecho en tantos viajeros de negocios (o eso me gustaría pensar) que lo que dice sobre nuestras necesidades básicas. Estamos acostumbrados a estar conectados, necesitamos estar conectados, y nos molestamos cuando no lo estamos.

En un videoclip que se ha compartido ampliamente en línea, el comediante Louis C.K. narra haber estado en un avión con Wi-Fi cuando el hombre sentado a su lado repentinamente pierde la conexión y estalla en improperios sobre la incompetencia de la aerolínea. “¿Qué tan rápido el mundo le debe a ese hombre algo de cuya existencia apenas se enteró hace 10 segundos?”, pregunta.

Bueno, ese es el asunto, en realidad. Estamos conectados. Los viajes de negocios, e incluso la mejoría en ellos como las videoconferencias, están firmes en la red. La industria en rápido desarrollo de la instalación de conexiones Wi-Fi en los aviones es testimonio de nuestra dependencia en la conectividad; y la broma subraya la insistencia en que sea confiable.

Sin embargo, ¿estamos sobre hielo delgado, tecnológicamente? La Asociación de Ejecutivos de Viajes Corporativos, una organización gremial en todo el mundo que representa a los gerentes de las agencias de viajes, dice que cree que sí lo estamos. A un grado no totalmente apreciado por los gestores de políticas públicas, dice el organismo, los viajes de negocios dependen de redes tecnológicas frágiles que ya han mostrado las tensiones de presiones repentinas.

¿Cuán frágil? Por ejemplo, la muerte inesperada de Michael Jackson el 25 de junio. A medida que decenas de millones de personas se apresuraron a entrar en línea para conocer los detalles, se rezagaron, fallaron y, en algunos casos, se cayeron los intercambios importantes en la red. “Google News, TMZ, Twitter y Wikipedia experimentaron apagones o interrupciones temporales” en la medida en que los usuarios rápidamente cambiaban de un sitio a otro recopilando y enviando información, explicó Susan Gurley, directora ejecutiva de la organización de ejecutivos de viajes.

El servicio de mensajería instantánea de AOL se cayó por 40 minutos, lo que denominó: “un momento seminal en la historia de Internet”.

Eso es lo que puede hacer un boletín informativo sobre un cantante muerto. Entonces, habría que imaginar las consecuencias en línea para viajeros remotos durante una crisis real, como una aceleración repentina de la pandemia de la influenza AH1N1. Muchas compañías que envían de viaje a sus empleados crearon planes de contingencia detallados para manejar ese tipo de crisis, “y casi todas dependen de Internet para su ejecución”, dijo Gurley.

Los viajes de negocios en Estados Unidos generaron alrededor de US$261.000 millones en gastos el año pasado, dijo la Asociación Nacional de Viajes de Negocios de EE.UU. en un informe reciente, realizado con Egencia, la subsidiaria de viajes corporativos de Expedia. Se espera que ese gasto baje este año. Sin embargo, en algunos casos, el descenso reflejará la consolidación de los viajes de negocios —al hacer más escalas en un mismo viaje—, así como un mayor uso de las videoconferencias, tanto en el lugar de origen como durante el viaje. Todo depende grandemente de una Internet que funcione.

La organización de Gurley está a punto de iniciar una campaña para llamar la atención sobre la fragilidad potencial de Internet, y de la necesidad de desarrollar una iniciativa nacional para asegurarse de que funcione en una crisis. Ella y otros en el mundo corporativo están preocupados de que el plan del presidente Obama para nombrar a un alto funcionario para la supervisión de Internet se haya centrado hasta ahora en la ciberseguridad y la privacidad —temas importantes, claro—, pero con atención inadecuada al reforzamiento de la infraestructura de Internet para asegurarse de que siga funcionando bajo gran presión.

Nadie ha entrado en pánico por la influenza AH1N1, pero los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU. dijeron recientemente que 40% de los estadounidenses podría resultar afectado en dos años si no se hacen vacunas y se toman otras medidas preventivas.

Si rápidamente ocurriera un brote generalizado, los viajeros de negocios varados en todo el mundo y las grandes cantidades de empleados que repentinamente tendrían que trabajar desde sus casas por motivos de salud solo se sumarían a las tensiones de la World Wide Web. Entre tanto, la red ya estaría bajo la presión de millones de personas que estarían buscando y compartiendo información vital.

“La verdad es que nadie sabe cómo funcionaría Internet en estas circunstancias”, dijo Gurley. “¿Nos dirigimos a una vasta caída de Internet en el mundo? La verdad, es que probablemente no haya mucho que podamos hacer. Pero pensamos que ahora es el momento para empezar a averiguarlo, antes de que suceda una crisis”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario